*La astrofísica de origen español, escogió Puebla y Sierra Negra como su segundo hogar, donde ha logrado descubrir cientos de galaxias para orgullo de México
Carolina Miranda
Puebla, Pue.- En los años noventa, Itziar Aretxaga llegó a Puebla desde el Viejo Continente por un periodo de tan sólo dos meses. Y jamás olvidó los sentidos, colores, sabores, olores y la alegría de la gente del país.
Dos años después de su primer visita, regresó a México y se adentró a la cima del volcán Sierra Negra de Puebla, donde ha logrado descubrir, junto con diversos grupos multidisciplinarios, cientos de galaxias.
“Yo entonces no tenía pensado vivir en México, la verdad es que no… digo, yo era una visitante, venía por mes y medio, después regresaba a mi universidad y yo seguía de alguna manera mi trayectoria”, recuerda con alegría.
Nació en Bilbao, España, pero su patria chica es Puebla y México, donde desde el Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano”, se ha convertido en un referente de la astrofísica a nivel mundial.
“Conocí Puebla y conocí México, yo nunca había estado en México antes y por supuesto que me enamoré de México, porque México es un país fantástico y a los mexicanos de nacimiento no les sorprende vivir en México, pero para aquellos que hemos venidos de fuera, México sorprende y sorprende de muchas maneras”, afirma.
Es frecuente verla caminar sin rumbo por el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, entrar en cualquier edificio público a merodear o alzar la vista hacia lo alto de los edificios, cazando detalles, como lo hace en el universo.
“Puebla tiene un paraíso arquitectónico que pocas veces apreciamos por ir con prisa a tal o cual trámite o negocio, pero vivimos en un museo dinámico que cambia con el tiempo, en el que es un privilegio vivir”, confiesa.
Aretxaga, actual integrante del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, tiene en su haber cientos de publicaciones en revistas especializadas de todo el orbe, muchos de ellos sobre sus descubrimientos a 4 mil 600 metros sobre el nivel en el volcán.
Le gusta mucho caminar o andar en bicicleta por los parques grandes de la capital, donde puede apreciar la naturaleza, en una ciudad y un país que disputa su amor y su corazón con su ciudad natal Bilbao.
Aquí, en Puebla y en el volcán Sierra Negra ha encontrado la calma para analizar la evolución del Universo y descubrir cómo las galaxias han podido evolucionar desde el principio de los tiempos hasta cómo son hoy en día.
Disfruta de los platos estrella de su segundo hogar, como el mole poblano o los Chiles en Nogada, con chiles capeados, por supuesto. Toda la gastronomía mexicana le parece magnífica y la poblana muy particularmente.
“Es muy elaborada, de forma que rara vez preparo platillos poblanos yo misma, ya que requieren demasiado tiempo de elaboración, pero afortunadamente hay magníficos restaurantes y puedo disfrutar de ella”, dice.
Las cervezas artesanales de Puebla y su buen mezcal siempre forman parte de ella, en un lugar que la acogió y donde puede mirar al universo observable con sus cien mil millones de galaxias.
“Me dije: vamos a probar, vamos a probar al menos por un año como me va en México y pues ya son 22 años, o sea que tan mal no me ha ido”, sonríe la mujer.